30 agosto, 2008

Escalofrios

Acercó su mano despacio con delicadeza, y comenzó a rozar su cuerpo , ese cuerpo que unos momentos vibraba junto al suyo...

Enarcó su espalda, alas de mariposas ascendían, revoloteaban por el centro mismo de su ser.
Una levedad que erizaba su piel, como en un baile subían, bajaban, abatían sus alas sobre su dorso, componiendo coreografías que desataban sus sentidos y en las profundidades emergía una fuerza imparable.
Con cada roce un escalofrío acrecentaba su ímpetu, que temblaba con vida propia.
Los latidos, tensaban su voluntad
En la bruma de la somnolencia, busco una selva escondida, y la sima profunda que le demandaba.
la magia de las mariposas dejaron paso a los rumores del río fluyendo intempestuoso ,entre los rápidos, el vaivén que cabalgaba hacia ese delta cálido, expectante y a punto de desbordarse abierto para sólo para él.

Se deslizó en silencio, dejándose caer hacia un lado de la cama. Comprobó que no se había despertado. Dirigió sus furtivos pasos a la salita. se sentó en su mullido sofá pare reflexionar. Temblaba de nuevo...

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