05 julio, 2008

la canción del corsario


En su fondo mi alma lleva un tierno secreto

solitario y perdido, que yace reposado;

mas a veces, mi pecho al tuyo respondiendo,

como antes vibra y tiembla de amor, desesperado.

Ardiendo en lenta llama, eterna pero oculta,
hay en su centro a modo de fúnebre velón,
pero su luz parece no haber brillado nunca:

ni alumbra ni combate mi negra situación.

¡No me olvides!... Si un día pasaras por mi tumba,
tu pensamiento un punto reclina en mí, perdido...
La pena que mi pecho no arrostrara, la única,
es pensar que en el tuyo pudiera hallar olvido.

escucha, locas, tímidas, mis últimas palabras
-la virtud a los muertos no niega ese favor-;
dame... cuanto pedí. Dedícame una lágrima,
¡la sola recompensa en pago de tu amor!...

LORD BYRON

2 comentarios:

nomolamos dijo...

dios que facil es decirlo, pero todos esos sentimientos no dejes que mueran contigo, si tienen nombre, busca la manera de hacerselo saber, aunque luego te arrepientas,
que coño, no estamos locas???
pues a por todas, mi niñaaaaaaaa
un besazo.

lilith dijo...

tengo un problema, normalmente no me ven y este caso no creo q sea muy diferente. sin mas.